"México is not a paradise."

Hola a todxs,

Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no es un día de celebración, es un día de lucha, de reflexión y de memoria. Vengo de observar muchas caras, muchas muchas. La mayoría, mostrando la indignación y coraje en sus rostros. En México, nuestras luchas han sido arduas, marcadas por triunfos que nos llenan de orgullo y pérdidas que nos desgarran el alma. Hemos ganado espacios, hemos levantado la voz, pero el camino por recorrer aún es largo y tortuoso.

Quiero hablarles con la verdad, una verdad que muchas veces se oculta tras la fachada de paraíso turístico. México no es el edén que muchos extranjeros imaginan. Aquí, como en muchas partes del mundo, las mujeres enfrentamos una realidad cruda y dolorosa. La violencia de género es una sombra que nos persigue día a día, una sombra que se intenta ocultar para no dañar la economía, pero las mexicanas estamos desapareciendo. ¿Dónde queda la seguridad de nosotras como mujeres? ... ( Continúa abajo )

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¿Te parecemos muchas? Somos Miles

Recordamos a cada mujer que nos han arrebatado, a cada vida truncada por la violencia. Cada feminicidio enciende una llama dentro de nosotras, un fuego que arde con rabia y dolor, pero también con una determinación inquebrantable. Ese fuego es la fuerza que nos impulsa a seguir luchando, a no callar, a exigir justicia.

Como sociedad, aún nos falta mucho por avanzar y comprender. Necesitamos erradicar la violencia de género, desterrar los prejuicios y construir un mundo donde todas las mujeres sean valoradas, respetadas y seguras. Nuestra lucha es diaria, no de un solo día. No descansaremos hasta que la igualdad sea una realidad palpable. ( Continúa abajo )

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NO más miedo, NO más silencio

Este pasado 8 de marzo, alzamos nuestras voces con más fuerza que nunca. Exigimos ser escuchadas, exigimos respeto, exigimos justicia. Y si no nos escuchan, sentirán el calor de nuestro fuego, la fuerza de nuestra determinación, la furia de nuestra resistencia. Porque somos muchas, somos fuertes y no nos detendremos.

Sin embargo, no podemos hacerlo solas. Necesitamos que la población entera deje de ser indiferente ante esta realidad. Los invito a unirse a esta lucha, a informarse, a cuestionar, a no callar. Desde mi trinchera, como fotógrafa, estoy haciendo mi labor, dando visibilidad a quienes por mucho tiempo hemos sido invisibles, ante la sociedad, ante la ley y ante todo un país que ha hecho oídos sordos frente a esta problemática. Juntos, podemos construir un futuro donde todas las mujeres vivamos libres y seguras.

Alma